Viajar es cultura, sí, pero también es aprendizaje para la forma de vida que llevas. Eso de tener que encontrar a tu media naranja desde ya y que sea ella y nadie más la única en lo que te queda de existencia, es erróneo. ¿Por qué tenemos que seguir los patrones de vida de unas personas que no conocemos?, ¿por qué esa vida que llevan es la correcta?
Cuestionémonos las cosas joder. Seamos críticos incluso con nosotros mismos. Dejemos de vivir esa vida que todos tienen planeada para nosotros y construyamos una a imagen y semejanza nuestra. Vivamos, viajemos, exploremos, lloremos, riámos, hagamos locuras, equivoquémonos y, sobre todas las cosas, tengamos los santos cojones de caernos por el simple hecho de levantarnos después.
Hazte un puñetero zumo con la media naranja de la que todos hablan y comentan y, si te quedas con sed, coge otra mitad; coge todas las que necesites hasta que te quedes agusto contigo mismo. Y luego, vete y busca un buen chuletón al que hincarle el diente porque no sé ustedes, pero yo el zumo de naranja sólo me lo tomo para desayunar.