No fue raro, ni especial ni nada parecido. Sólo fue... algo que decidimos hacer para hacerte un favor a ti, y otro a mí. Lo único que podré sacar de aquí es que te invitaré más veces a Aikido para que me des algún que otro caramelo y un abrazo tuyo de esos que me encantan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario