Puede que pienses "lo sé, me lo han repetido miles de veces", pero si lo sabes... ¿por qué no lo haces? ¿Por qué no te arriesgas a probar cosas nuevas; a decir eso que ronda por tu cabeza a todas horas?
¿POR QUÉ, POR QUÉ, POR QUÉ?
Mi profesor de filosofía dice que hay gente que no acepta su libertad porque así se librarían de muchos quebraderos de cabeza, y ahora los entiendo.
Hay casos en los que me gustaría que mis instintos me dominasen. Únicamente para que esa necesidad de decir o hacer algo, sea por fin realizada. Sin pensar, sin ver las consecuencias, sin nada. Sólo actuar una vez sin que en nuestra cabeza miles de posibles razonamientos nos obliguen a frenarnos.
Hay veces en las que, simplemente, odiamos con todas nuestras fuerzas quiénes somos, por el simple hecho de ser quienes somos.
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